sábado, 8 de octubre de 2011

CAER ESTÁ PERMITIDO, LEVANTARSE ES UNA OBLIGACIÓN


QUEDA PROHIBIDO !

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.
(Pablo Neruda)


Tras el error, tras los fallos cometidos, puedo llorar, gritar, pegar, desesperarme, pero cuando se me ha pasado la rabieta, el problema, el error, sigue ahí, sin que ninguna de mis lágrimas haya logrado disolverlo. Es en este punto donde me encuentro ahora, preguntándome por qué cometí ese error, qué me llevó a ello. Y la respuesta a esa pregunta me dice que el problema está en mí. Aparentemente sería más fácil colocar la causa del error en personas ajenas, pero en este caso la evidencia es absoluta: la causa está en mí. Y no es malo, porque significa que sólo yo puedo solucionarlo, que está en mis manos el que ese error no se vuelva a cometer. Tan sólo tengo que concienciarme, convencerme de que yo puedo, no hacer caso a personas que implícitamente se alegran de mi fracaso y me dicen que tire la toalla, pero tampoco hacer caso de las personas que en un acto de extrema benevolencia me dicen que no pasa nada por ese error, que carece de importancia. Porque sí que pasa, y sólo reconociendo que ese error es importante, podré enmendarlo en la siguiente ocasión, sólo aprendiendo de mi llanto para que éste no vuelva, sólo luchando.


              Fdo:Nena Nenita

No hay comentarios:

Publicar un comentario