lunes, 12 de diciembre de 2011

"Teníamos vidas reales pero nos enamorábamos de vidas irreales" (G.M.G.)

"Sí, el pasado estaba fuera de nuestro alcance. Es más, no sólo estaba hecho de lo que había sucedido, sino de lo que no había llegado a suceder. Nadie podía cambiar eso, aunque a veces la influencia de lo que no llegamos a vivir fuera más decisiva que la de lo que sí conocimos he hicimos. Teníamos vidas reales pero nos enamorábamos de vidas irreales". (GUSTAVO MARTÍN GARZO,MI QUERIDA EVA)
Siepre intenté evitar el pensar lo que pudo haber sido y no fue, lo consideraba inútil pues el pasado no se puede cambiar. Pero estos día de melancolía, es imposible no preguntarse cómo sería ahora mi vida si no hubiese tomado las decisiones que tomé en el pasado, ¿sería más feliz si hubiese elegido otra ciudad donde vivir?, ¿y si hubiese elegido otra carrera que estudiar, u otro trabajo?, ¿ y si hubiese elegido tener otro tipo de amigos?¿y si hubiese elegido ser de otra manera?
Porque el destino en realidad son las decisiones que tomamos nosotros mismos, las acciones que realizamos y que hemos realizado en el pasado; y también las decisiones que toman las personas con que nos cruzamos en nuestra vida y las personas que forman parte de ella.

Creo que cambiaría muchas cosas del pasado si tuviera la oportunidad, pero lo que más cambiaría fueron las cosas que no sucedieron. Lo que pasó ya no tiene importancia pues la distancia (ya sea espacial o temporal) hace el olvido, pero lo que no pasó permanece en el aire haciendo que cada respiración te queme por dentro. Hay pocas cosas tan desesperantes como pensar en lo que pudo ser y no fue. Hay pocas cosas tan desesperanzadoras como volver a verte.

                                                                                                                                 Fdo: Nena Nenita



martes, 15 de noviembre de 2011

Todo se diluye en el tiempo como las lágrimas en la lluvia (Yosi)

Está lloviendo, alguien dijo que todo se diluye en el tiempo como las lágrimas en la lluvia. Y eso me aterra, no quiero que los recuerdos se diluyan, no quiero que personas que están y estarán en mi recuerdo no me tengan a mí en el suyo. Ojalá tú me recuerdes como yo te recuerdo  a tí, y como yo quiero que me recuerdes. Ruiz Zafón dice que "mientras se nos recuerda, seguimos vivos", y yo no quiero que dejes de recordarme porque si lo haces, habré muerto en algún sentido.

Ojalá el tiempo no pasara tan deprisa arrastrando con tanta vehemencia todo lo que  hemos vivido en él. Ojalá el tiempo no me arrastrase de tu pensamiento.

Está lloviendo, pero, ¿acaso hay algo que se pueda comparar con esa sensación de lluvia en la cara? Me viene a la cabeza una imagen de "V de Vendetta" en la que la protagonista, después de pasar por una situación angustiosa en el sentido más extremo de la palabra, sale al exterior y deja que la lluvia la empape, la refresque, la alivie. Y eso es exactamente lo que necesito ahora, ya que tú no estás para aliviarme, sino que tu ausencia está para angustiarme, necesito con todas mis fuerzas salir a la calle, empaparme, extender los brazos, gritar...Sé que quien lea esto me tomará por loca, pero no lo estoy, o al menos  patológicamente hablando, simplemente es necesidad de deahogo. Es un intento de arrancar la melancolía que tengo dentro a voces, a gritos, y que ésta se diluya con el agua de la lluvia y desaparezca.




La lluvia me alivia, me encanta oír el sonido de las gotas en los charcos, en los cristales, en los paraguas, en el aire mismo. Me encanta ver cómo se moja el asfalto, la tierra...Y me encanta el olor del ambiente después de la lluvia, sobre todo el de la hierba.


 Es como si todo estuviera demasiado viciado y contaminado como para seguir viviendo allí, y entonces llega la lluvia y se lleva consigo la contaminación.
Ojalá la lluvia llegara a mi alma...









                                                                                                                                                                     Fdo: Nena Nenita

lunes, 24 de octubre de 2011

Negra sombra que me asombra

Hace tiempo que me vengo dando cuenta que no soy tan lista ni tan adorable ni tan autosuficiente como pensaba.
Y es que quizás la madurez entre otras cosas es darte cuenta de tus propias limitaciones, y quizás entre esas limitaciones se encuentre el hecho de que no soy tan independiente como creía.
Yo pensaba que podía volar sola por el mundo, que no necesitaba a nadie y mucho menos a las personas con las que había compartido antes mi vida puesto que eran las que más daño me habían hecho. Estuve un tiempo renegando de todas las personas que habían compuesto mi vida anterior, incluso de los más allegados. Durante ese tiempo todo me daba igual, vivía mi vida haciendo nuevos amigos e iniciando una nueva vida en un contexto totalmente diferente. También creía que había experimentado el daño que te pueden hacer otras personas, pero no, el verdadero daño no surge de amiguetes o conocidos que te lanzan críticas o burlas, aunque en ese momento pienses que sí. El verdadero daño te lo producen las personas que te importan, y es entonces, cuando te están hiriendo, cuando te das cuenta de lo que los necesitas, de que necesitas su apoyo, su comprensión...Y lo que hace aún más daño es que por circunstancias de la vida, ajenas a tí mismo, no puedas estar cerca de esas personas, porque estar cerca de ellas es hacerte daño, y hacérselo a ellas, y que los necesites porque quieres compartir con ellos tu nueva vida, tus nuevas experiencias, tu nueva rutina...y no puedas hacerlo porque estáis mejor separados, queriéndoos desde la distancia, desde los recuerdos del pasado, pero eludiendo la cercanía, el presente, porque cercanía y presente duelen a ambas partes.
Estaría mucho mejor si supiera que tras esa ruptura, la otra mitad de lo que antes era un todo está bien, si supiera que no sufre por mí. Pero la realidad es mucho más angustiosa, pues a mi propio dolor por la ruptura se le une el dolor por el dolor que sufre la otra parte, por ser consciente de que lo están pasando igual de mal que yo.
Sé que esta situación no mejorará, seguirá igual o irá a peor, y no es que quiera que las cosas sean como antes porque no podría vivir de nuevo ahogada, resistiendo por no herir a la otra parte. Sólo quiero que para mí las cosas vuelvan  a ser como cuando hace no tanto no era muy madura, y que me diese todo igual y que la melancolía no me atenazase en los momentos más insospechados, y no darme cuenta de lo mucho que necesito a quienes dejé atrás, y que tampoco me importe que jamás los recuperaré, ni  que ellos jamás me recuperarán a mí.

Fdo: Nena Nenita


(RIMA LII DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER)
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!

Nube de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las sangrientas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!

Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!



("NEGRA SOMBRA" DE ROSALÍA DE CASTRO," follas novas")
Cando penso que te fuches, 
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

NEGRA SOMBRA
(traducción al castellano - Mónica B. Suárez Groba)
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
a los pies de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en m misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.





miércoles, 12 de octubre de 2011

OCASO

Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,

para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar nada...!

(Ocaso, MANUEL MACHADO)



Fdo: Nena Nenita

sábado, 8 de octubre de 2011

CAER ESTÁ PERMITIDO, LEVANTARSE ES UNA OBLIGACIÓN


QUEDA PROHIBIDO !

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.
(Pablo Neruda)


Tras el error, tras los fallos cometidos, puedo llorar, gritar, pegar, desesperarme, pero cuando se me ha pasado la rabieta, el problema, el error, sigue ahí, sin que ninguna de mis lágrimas haya logrado disolverlo. Es en este punto donde me encuentro ahora, preguntándome por qué cometí ese error, qué me llevó a ello. Y la respuesta a esa pregunta me dice que el problema está en mí. Aparentemente sería más fácil colocar la causa del error en personas ajenas, pero en este caso la evidencia es absoluta: la causa está en mí. Y no es malo, porque significa que sólo yo puedo solucionarlo, que está en mis manos el que ese error no se vuelva a cometer. Tan sólo tengo que concienciarme, convencerme de que yo puedo, no hacer caso a personas que implícitamente se alegran de mi fracaso y me dicen que tire la toalla, pero tampoco hacer caso de las personas que en un acto de extrema benevolencia me dicen que no pasa nada por ese error, que carece de importancia. Porque sí que pasa, y sólo reconociendo que ese error es importante, podré enmendarlo en la siguiente ocasión, sólo aprendiendo de mi llanto para que éste no vuelva, sólo luchando.


              Fdo:Nena Nenita

martes, 4 de octubre de 2011

Dedicado a uno de los personajes más carismáticos de la televisión

Héctor Perea camina bajo la niebla matutina, casi de madrugada, por el barrio de los Frutos. Camina solo, sin que esto sea un hecho aislado de su vida, más bien, algo habitual. Lleva su gabardina larga de color marrón, su sombrero, unos pantalones de traje y sus habituales zapatos a juego con la gabardina. Los que le conocen, intuyen bajo esa gabardina una camisa blanca, un chaleco azul marino, y una especie de tirantes de cuero para llevar su pistola. También va fumando. Parece un hombre de hábitos, misma indumentaria, misma actividad, mismos vicios.
Atrás quedaron los tiempos en que era un joven entusiasta y desenfadado, con ganas e ilusión por vivir, por emprender, por descubrir. Por aquella época acababa de entrar en el cuerpo de policía, y tenía toda una vida por delante. De soslayo miraba a esa chica del barrio de piel morena y pelo castaño, cara risueña y juventud. Inventaba argucias, y aprovechaba otras tantas para llamar su atención, para conquistarla y, cuando ella estaba en peligro, para protegerla.
También quedaban atrás los tiempos en que llegó a ser el comisario más joven de España, y por qué no, el más eficiente. Sin embargo, posiblemente también fuera el más íntegro, y ello acabó por destruir muchas de sus ilusiones; el resto, fueron destruidas por su matrimonio fallido y la muerte de un hijo que nunca llegó a salir del vientre de su esposa.
Esta mañana, y desde hace algún tiempo, Héctor es un lobo solitario que añora muchas cosas de su pasado, pero sobre todo a su mujer. Por la contra, tiene un negocio como detective y un compañero de trabajo y de la vida incondicional, siempre leal y preocupado por su jefe, a pesar del mal humor de éste. Quizás este compañero de Héctor no le abandona porque es quien mejor le conoce, el único que comprende que bajo esa piel de lobo, y de solitario, se esconde un hombre herido, un hombre sin esperanza que se aferra a su trabajo porque no tiene otras cosas a las que aferrarse, un hombre que en sus arrebatos de soberbia e ira no hace otra cosa que demandar cariño y amor por todos los poros de su cuerpo hasta desgañitarse, una demanda de auxilio tan fuerte que corre el riesgo de quedarse afónico.
Él mismo se da cuenta de que su vida no es vida, es un autómata que se quedó anclado en el pasado y está en stanby a la espera de que alguien de una palmada, le despierte y todo vuelva  a ser como era antes, cuando al despertarse tenía a su mujer al lado y ésta le preparaba el desayuno para que no llegara tarde a la comisaría. Tal vez porque pese a todo no está dormido realmente, es consciente de que debe empezar a movilizarse para no ser un fósil, y por ello ha decidido dejar de vivir en su despacho de detective y buscar un piso pequeño donde vivir. Lo que Héctor hará con su vida queda a merced de los guionistas, y lo iré comunicando.


 Fdo: Nena Nenita